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La iglesia parroquial de Sant Feliu de Alella conserva de la primitiva construcción románica el primero de los cuerpos del campanario, de torre, cuadrado y con arcuaciones lombardas; adosada al campanario se construyó en 1454-63 una iglesia de estilo gótico, más amplia, que corresponde al lugar ocupado por el actual presbiterio y las capillas más cercanas. La ampliación de la iglesia en 1611-13, dirigida por el maestro Antiguo Ponç, es la que ha perdurado. La fachada renacentista tiene una portalada rectangular flanqueada por columnas y terminada en una hornacina con la escultura de Sant Feliu, y un frontón decorado con adornos apiramidados corona el conjunto. La capilla del Santísimo se construyó en 1886, pero no se siguió el proyecto que había realizado Antoni Gaudí (conservado por el archivo parroquial). Bonet y Garí, que dirigió la restauración del templo, diseñó una gran lámpara. Las actuales campanas del reloj proceden de la torre de Gracia del virrey Amat y fueron realizadas en 1772 en Lima.
La población y sus entornos son particularmente ricos en edificios interesantes, tanto masías antiguas (algunas documentadas desde el siglo XIV) como casas de residencia hechas desde mediados del siglo XIX, en estilos historicista, ecléctico, modernista o novecentista.
El primer documento en el que sale mencionado el lugar de Alella es del 976, en una venta de tierras de Premià, como límite ponentino de este término, y el segundo del 980 (bajo las formas Alela y Elella). La parroquia de Sant Feliu de Alella sale documentada en 993 en una escritura de permuta de tierras entre el matrimonio Guillem y Guilla y el monasterio de Sant Cugat del Vallès.
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